Érase una vez... una boda.
Una boda dónde él le quiso enseñar un fantástico mundo a ella, y dónde ella dejó a su corazón soñar.
Un día ideal dónde él le quiso mostrar cosas maravillosas, un día ideal en el que ellos pudieran decidir cómo vivir sin nadie que lo impida, un día ideal dónde los sueños y las ilusiones van más allá de lo que os imponen en las bodas. Un día tan auténtico como ellos, Albert & Yannick, quiénes hicieron de su día el más especial, rodeados de magia en honor a Walt Disney, y en honor a la buena música, con guinda final: un concierto protagonizado por el novio y el padre de la novia, dedicado a su princesa Yannick.
Y es que no solo su nombre es de cuento. También lo fué su manera de llegar en un precioso Cadillac El Dorado dónde todavía revive el rey del rock: Elvis Presley, quién no faltó a ésta ceremonia repleta de mariposas, alegría, color y diversión dónde minutos previos a la ceremonia sus amigos les taparon los ojos y les dejaron verse antes de entrar. Acompañados de sus damas y caballeros de honor, y seres queridos, se dieron el Sí Quiero en lo alto de la montaña de Castelldefels, con vistas al mar, en el Gran Hotel Rey Don Jaime.
Un mundo ideal, versión moderna.
